Recuerdo que cuando era niño, pensaba en como sería mi primer día de clases, luego cuando estaba en 6to de primaria se me hacía difícil pensar en secundaria, y cuando estaba en 5to de secundaria sentía un poco de temor por ingresar a la universidad.
Llegando al 5to año de universidad por momentos pensaba, y ahora a donde me enviarán.
Bueno, hay una gran diferencia entre la carrera que estudie y las demás.
Porque pude entender, que cuando Dios llama a una persona para su ministerio, Dios contesta las incertidumbres, y te da la seguridad de que hay un lugar en la amplia viña,
Así que solo me esforcé en los estudios y en el trabajo misionero en la Iglesia. Sabiendo que lo demás vendría por añadidura. Sin embargo Muchos compañeros tenían temor, unos tiraban la toalla, y se lamentaban, otros, huían avergonzados por algo que tenían oculto que finalmente quedo revelado.
Mis padres y maestros me motivaban a seguir, firme, siendo fiel en lo poco y en lo mucho. Era la última milla e la universidad.
Casi dos meses antes de terminar la universidad, Dios había contestado mis oraciones.
Ya tenía trabajo. Eso fue una gran motivación para terminar gozoso las clases.
Finalmente, me gradué. Con mucho éxito, pero… no era el fin, sino el comienzo de un largo camino angosto, el camino de la vida, en el cual no camino solo, sino confiado en Jesús.
Llegando al 5to año de universidad por momentos pensaba, y ahora a donde me enviarán.
Bueno, hay una gran diferencia entre la carrera que estudie y las demás.
Porque pude entender, que cuando Dios llama a una persona para su ministerio, Dios contesta las incertidumbres, y te da la seguridad de que hay un lugar en la amplia viña,
Así que solo me esforcé en los estudios y en el trabajo misionero en la Iglesia. Sabiendo que lo demás vendría por añadidura. Sin embargo Muchos compañeros tenían temor, unos tiraban la toalla, y se lamentaban, otros, huían avergonzados por algo que tenían oculto que finalmente quedo revelado.
Mis padres y maestros me motivaban a seguir, firme, siendo fiel en lo poco y en lo mucho. Era la última milla e la universidad.
Casi dos meses antes de terminar la universidad, Dios había contestado mis oraciones.
Ya tenía trabajo. Eso fue una gran motivación para terminar gozoso las clases.
Finalmente, me gradué. Con mucho éxito, pero… no era el fin, sino el comienzo de un largo camino angosto, el camino de la vida, en el cual no camino solo, sino confiado en Jesús.
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